Hoy se cumplen 115 años de la tragedia sísmica más devastadora que ha vivido Costa Rica: el terremoto de Santa Mónica, ocurrido el 4 de mayo de 1910. Con epicentro en Cartago y una magnitud estimada de 6,4 grados, el sismo golpeó con fuerza la provincia a las 6:50 p.m., dejando a su paso un panorama desolador y cerca de 700 vidas perdidas.
La sacudida, que duró apenas 16 segundos, fue suficiente para destruir casas, iglesias, escuelas y numerosas edificaciones que daban forma al corazón de la ciudad. La tragedia marcó profundamente la historia nacional, convirtiéndose en símbolo del dolor, pero también de la resistencia del pueblo costarricense.
A pesar del desastre, la población no se rindió. En apenas siete meses, para diciembre de 1910, ya se habían construido 200 viviendas, demostrando una voluntad colectiva de reconstrucción y esperanza. El espíritu de solidaridad y esfuerzo común brilló en medio de la oscuridad.
Hoy, al recordar aquel día, también miramos hacia el presente y el futuro con la misma determinación. Así como Cartago se levantó en 1910, también nos levantamos como país de la reciente pandemia que sacudió al mundo. El espíritu resiliente sigue vivo, y con el esfuerzo de todos, seguimos luchando por hacer de Cartago un mejor lugar para las futuras generaciones.
Porque si algo ha demostrado esta tierra centenaria, es que nunca se rinde.
Hace más de 30 días - Fabián Navarro Álvarez